Por ETVOILA
Jack Tollers se la pasó buena parte de su vida discutiendo con los del IVE sobre numerosos reparos, objeciones, dudas e impugnaciones que él, con varios amigos, tenían contra el modo con que les ha dado por encarar las cuestiones más subidas de Nuestra Santa Religión. Fruto de horas interminables de discusión con un gran amigo cooptado por la secta, nació esta epístola. Es el fruto, también, no crean, del deseo de preservar a los incautos de una concepción de Dios, de la Iglesia y de todas las cosas enteramente engañosa. Difícil el asunto, con todo, como que Tollers no recuerda haber convencido nunca a nadie (que no estuviese convencido ya). ¿Y bien? Para el que quiera pensar un poco más, aquí va...