Por John H. Newman
Este sermón de Newman está entre los primeros, predicado cuando era muy joven (tal vez a los 25 años, más o menos). Aquí el lector encontrará un Newman más severo, con una formulación de la doctrina con cierto olor a Protestantismo, a no dudarlo. Entonces, ¿por qué traducirlo y ponerlo a disposición del lector? Brevemente dicho, porque tiene razón. ¿Rigorismo? Sí, puede ser en el énfasis (aquí falta hablar del sacramento de la confesión y de la amistad y del matrimonio y de todo el sistema de la corrección fraterna). Pero en lo sustancial, por mucho miedo que nos meta, Newman, una vez más, tiene razón. Y si en los tiempos que corren nadie habla de esto, el énfasis del Gran Cardenal siempre puede ayudarnos a equilibrar la balanza. Porque tiene razón, che, tiene razón... (traten de refutar uno solo de sus asertos y verán lo que les digo).