Por John H. Newman
¿Cuánta gente no conocemos que protesta que "le gustarííía tener Fe", pero que no pueden; que envidian a quienes la tienen, pero que ellos, qué sé yo... Newman se dirige a esta cuestión de lleno: no puede tener Fe quien no cuenta con las debidas disposiciones. Y no, tampoco es fácil. Pero se entiende clarito, clarito. Si es verdad que uno quiere tener Fe, verá de adquirir las debidas disposiciones. Y si no, no es verdad.