Por John H. Newman
¿Requisito? ¿Requisito para entrar al cielo? No tenga usted ninguna duda. Le diría más: no es fácil alcanzarlo. Pero el argumento de Newman va mucho más lejos: si no cumpliera con ese requisito, el cielo no le gustaría. Un poco en la línea de "El gran divorcio" de C. S. Lewis: a Dios jamás se le ocurriría contriarar nuestra voluntad, y si no nos gusta el cielo, pues allí no iremos. Ahora si queremos ir, hay que cumplir con el requisito.