Luterano, laico y danés... daría la impresión de que Kierkegaard no podría sermonearnos con ningún éxito. Y luego, su prédica es un poco extensa (uno se imagina oyéndolo muerto de frío en un templo protestante pelado y la verdad que no entusiasma demasiado), y el tema subido. Sin embargo... je, no sé qué católico podría predicar así en los días que corren, y a osadas, en cualquier tiempo. Contra cualquier presunción progresista, mudable y mutante, he aquí la celebración de la fidelidad, de la lealtad, de la consistencia, de la firmeza y de la fortaleza. Kierkegaard llamaba a sus homilías discursos de edificación" y ciertamente, ha edificado un gran discurso (sobre la Roca) y quien lea esto se verá, casi inevitablemente, edificado. Traduje del inglés.