Por John H. Newman
No sé ustedes, pero los tipos que me instan a rezar... bueno, qué sé yo. Les diré la verdad, francamente me tienen podrido. No digo que no, pero no es a fuerza de reiteradas exhortaciones que vamos a rezar más. Menos que menos a fuerza de recriminaciones por no hacerlo. Pero Newman... Newman es distinto. Encontró una manera de hacerme rezar bastante más que antes de haber leído este sermón. A ver qué les pasa a ustedes...